sábado, 13 de diciembre de 2008

Güigüichuamericrismas...*

Con esto de la crisis y las prisas por levantar un país que va a pique, no tengo tiempo para actualizar mi blog. Últimamente, entre pedir préstamos a Cofidis y robar cables de cobre de las farolas de mi pueblo estoy dejando de lado un vicio que antes me ocupaba las horas libres de las que disponía.

Quizás sea un acto heroico intentar escribir unos párrafos mientras escucho panderetas del todo a cien y a un hombre afónico cantando “Maria María, ven acá volando, que el chocolatillo se lo están llevando”. Deja a María en paz, cojones, que de tanto llamarla le vas a borrar el nombre. ¿No puedes ir tú y detener a los que se están comiendo el chocolate? España es un país machista, evidentemente.

Sin embargo, a pesar de haber dormido poco y comido rápido, a pesar de que no me haya maquillado y de que me haya dado un tirón en el gemelo, de que me duelan las costillas izquierdas y de que esté lloviendo, me siento contenta. Estoy FELIZ en mayúsculas, hiper emocionada, encantada de la vida… y es que hoy, de momento, no han puesto a Raphael en los altavoces del lugar donde tengo la fortuna de trabajar. Y también me alegro por Anita Obregón, que como no tiene costillas no le pueden doler. ¡Qué afortunada la jodía!

Mi vida bien, gracias. Estoy a puntito de pasar una oposición tremendamente importante, esto… ¿cómo se llama? El teórico del carnet de conducir. ¡Y mira que es difícil! Los de la DGT pretenden que sepa que, en caso de encontrarme un herido en un accidente, no puedo suministrarle alcohol, medicamentos, hacerles andar o quitarles el casco. Increíble, pero cierto. Después de aprobar me sentiré como una ilustrada más.

Tengo ganas de comer churros en la Plaza Mayor, que con la Navidad se me despierta el instinto amoroso y me gusta compartir momentos idílicos, de estos de película de llorar, con mi futuro marido. También me hubiese gustado comprar una mierda de mentirijilla y ponérsela a mi perro en su cuartito de estar, a ver si piensa que no es suya y que hemos metido a un intruso en casa. ¡Y cómo me reiría! Pero como ya no venden bromas, me han frustrado mis propósitos navideños. Y es que, con el fin de satisfacer a los que buscan lo políticamente correcto, quitan los artículos de broma y quieren juzgar a Fraga.


Me llena de orgullo y satisfacción desearos una Feliz Navidad y un próspero Año Nuevo, cargado de regalitos, dinerito, ropita nueva y esas cosas importantes.


Hasta el año que viene…*



Pd. Felices uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis y los que vengan. ¡Chato!

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